Lo que negó el Congreso, lo ganaron las feministas de la Convención Constituyente
Por Catalina C. Araya
A una semana del 8M 2022, el 15 de marzo, fue aprobada la Iniciativa Popular de Norma (IPN) “Será Ley”, que en su momento destacó como la primera IPN en contar con el apoyo necesario para dar el paso constitucional.
La histórica jornada culminó con 108 votos a favor en lo que reconoce como un “deber del Estado de asegurar las condiciones para un embarazo o la interrupción voluntaria de este”, quedando ya inscrita en el borrador de la Constitución, como parte de la comisión de Derechos Fundamentales.
El artículo aprobado se consagra como el número 16, que también incluye la noción de Derechos Sexuales y Reproductivos, como el “derecho a decidir de forma libre, autónoma e informada sobre el propio cuerpo, el ejercicio de la sexualidad, la reproducción y el placer”.
La aprobación de este artículo marca un antes y un después en el quehacer feminista nacional, ya que, por primera vez, desde la voz de las mujeres, se consigna el derecho a elegir sobre el propio cuerpo y sexualidad, abarcando la maternidad como opción y no compromiso.
Que los cuerpos estatales engloben temáticas específicamente a favor de las mujeres corresponde a un hito donde se cumple el “lo personal es político” que la feminista Kate Millet postulara en la literatura y filosofía de los 70’s.
Las mujeres feministas de Latinoamérica y el mundo han sentado las bases para lograr procesos tan significativos como el vivido ayer en la Convención Constituyente, comprometiendo la llamada marea verde a la inclusión de demandas en el orden gubernamental, dejando atrás las imposiciones y barreras que en su momento puso el Congreso chileno para la despenalización del aborto.